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lunes, 29 abril 2024
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EXCESO DE ALCOHOL Y TU SISTEMA INMUNOLÓGICO

 

Varios estudios han descrito un efecto dependiente de la dosis del alcohol en la salud humana. En el caso del sistema inmunitario, el consumo moderado de alcohol se asocia con una inflamación reducida y mejores respuestas a la vacunación, mientras que el consumo excesivo de alcohol crónico se asocia con una menor frecuencia de linfocitos y un mayor riesgo de infecciones bacterianas y virales.

Uno de los productos que más se están vendiendo durante el obligado confinamiento por la pandemia del coronavirus es el alcohol. Y este aumento en las ventas de alcohol ha alarmado a muchos expertos en salud, algunos de los cuales se han mostrado preocupados de que esta circunstancia pueda hacer que las personas sean aún más vulnerables a la COVID-19.

Evidencias anteriores muestran que el consumo de alcohol puede empeorar los resultados de otras enfermedades respiratorias al dañar los pulmones y el intestino, y dañar las células responsables de la función inmune.

Sin embargo, los mecanismos por los cuales el alcohol ejerce un efecto dependiente de la dosis en el sistema inmune siguen siendo poco conocidos debido a la falta de estudios sistemáticos que examinen el efecto de múltiples dosis y diferentes ciclos de tiempo.

Cuando alguien está expuesto a un virus, el cuerpo monta una respuesta inmune para atacar y matar al patógeno extraño. En general, cuanto más saludable es el sistema inmunitario de una persona, más rápido puede eliminar un virus y recuperarse de una enfermedad como la COVID-19. Por defecto, el alcohol dificulta que el sistema inmunitario se prepare y defienda al cuerpo contra gérmenes dañinos.

alcoho effects

Si las células que recubren las vías respiratorias de una persona están dañadas por el alcohol, entonces las partículas virales, como la COVID-19, acceden más fácilmente, lo que hace que las células inmunes que combaten la infección no funcionen tan bien, lo que aumenta el riesgo general de más enfermedades graves, así como de complicaciones.

Del mismo modo, el alcohol puede desencadenar inflamación en el intestino y destruir los microorganismos que viven en el intestino y mantienen la salud del sistema inmunológico. Cuando el cuerpo no puede eliminar un patógeno, una infección puede empeorar y provocar complicaciones más graves y potencialmente mortales.
Investigaciones previas han mostrado que el consumo de alcohol conduce a enfermedades pulmonares más graves, como el síndrome de dificultad respiratoria del adulto (SDRA) y otras enfermedades como la neumonía y la tuberculosis, entre otras.

Beber también hace que sea más difícil para su cuerpo atender adecuadamente sus otras funciones críticas, como combatir una enfermedad. Cada vez que tomamos un sorbo de alcohol, nuestro cuerpo prioriza la descomposición del alcohol sobre varias otras funciones corporales. El cuerpo no tiene una manera de almacenar alcohol como lo hace con los carbohidratos y las grasas, por lo que debe enviarlo inmediatamente al hígado, donde se metaboliza.

Por otra parte, se sabe que el alcohol perjudica la calidad del sueño. Y cuanto menos duerma una persona, mayor es su riesgo de enfermarse. Un estudio descubrió que las personas que dormían menos de 7 horas tenían casi tres veces más probabilidades de desarrollar un resfriado en comparación con las que dormían 8 o más horas. Además, la falta de sueño también puede afectar el tiempo que tarda una persona en recuperarse si se enferma.

El Dr. Jorge Luis Poo, Hepatólogo Clínico, menciona que frecuentemente se confunde (o bien algunas personas se confunden) entre lo que significa beber poco y beber mucho. La verdad es que es un tema muy resbaloso, ya que la gente confunde tolerar mucho y tolerar poco. Al aguantar mucho piensan que pueden beber más, pero en realidad se exponen más. En realidad, eso es un engaño de la mente, que busca una excusa aparentemente buena para justificar el capricho de beber más, sin entender que podría estar en el límite de una "dependencia al alcohol".   

El alcohol en exceso provoca muchas cosas, tres de ellas frecuentemente olvidadas, que enumeramos a continuación:

  • Disminuye el aprendizaje y afecta la memoria.
  • Disminuye nuestras defensas y nos expone a infecciones.
  • Incrementa el riesgo de padecer demencia.

Por todo ello, cada persona debe reflexionar sobre los aparentes beneficios del consumo leve de alcohol, es decir 1-2 copas de la bebida favorita, que acompañan a una rica comida o bien una mayor cantidad  que nos podría acercar a un precipicio de mayores complicaciones.

Referencias:

1. Cuidado con el exceso de alcohol en los tiempos del COVID-19: https://www.medicalnewstoday.com/articles/alcohol-and-covid-19

2. Lundgaard I, Wang W, Eberhardt A, Vinitsky HS, Reeves CB, Sisi Peng S, Lou N, Hussain R, Maiken Nedergaard M. Benefcial efects of low alcohol
exposure, but adverse efects of high alcohol intake on glymphatic function. Scientific Reports 2018:8:2246.

3. Barr, T., Helms, C., Grant, K., & Messaoudi, I. (2016). Opposing effects of alcohol on the immune system. Progress in Neuro-Psychopharmacology and Biological Psychiatry, 65, 242-251. 


3. Ridley NJ, Draper B, Withall A. Alcohol-related dementia: an update of the evidence. Alzheimers Res Ther. 2013;5:3.

4. Topiwala A, et al. Moderate alcohol consumption as risk factor for adverse brain outcomes and cognitive decline: longitudinal cohort study. BMJ. 2017;357:j2353

Artículo de divulgación revisado y adaptado por el Dr. Jorge Luis Poo, hepatólogo clínico, miembro del Comité Editorial de tu portal AMHIGO y fundador del Grupo Mexicano para el Estudio de las Enfermedades Hepáticas