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lunes, 29 abril 2024
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El papel de los probióticos (yogurt y productos fermentados) en las enfermedades hepáticas

Una opción para el tratamiento y Prevención de la Esteatohepatitis

En las enfermedades hepáticas las alteraciones en la microbiota intestinal (bacterias que habitan normalmente en el cuerpo con diversas funciones) y en los mecanismos de respuesta inflamatoria desempeñan un papel importante en la progresión de la enfermedad y el desarrollo de complicaciones. Los probióticos (como el yogurt y otros productos fermentados) son alimentos que contienen microorganismos vivos (generalmente bacterias), debido a su capacidad para modular la cantidad de bacterias en el intestino (microbiota intestinal), la capacidad de la barrera intestinal y la respuesta de defensa o inmunológica. Se considera que pueden ser eficaces en el tratamiento de las enfermedades hepáticas y en la prevención de las complicaciones, así lo explican Germán Soriano, Elisabet Sánchez y Carlos Guarner de España.

Se ha reconocido en los últimos años el papel relevante de la microbiota, en  el mantenimiento de la salud y en múltiples enfermedades. No solo existe una gran variedad de funciones a realizar con implicaciones metabólicas, nutricionales o inmunológicas, sino que la barrera intestinal que separa nuestro organismo y la flora intestinal es permeable para favorecer los intercambios entre ambos e introducirse en nuestro organismo mediante el fenómeno conocido como “translocación bacteriana” (paso de bacterias de la luz del intestino a la circulación sanguínea) , dando lugar a importantes efectos sobre el sistema inmune.

En la esteatohepatitis alcohólica (acúmulación de grasa en el hígado, inducida por alcohol) y no alcohólica (acumulación inducida por exceso de peso, diabetes en descontrol o exceso de colesterol y triglicéridos) la disregulación en los mecanismos de respuesta inmunológica desempeña un papel muy importante en el daño hepático, pero también las alteraciones en la microbiota intestinal estarían implicadas en la fisiopatología de ambas enfermedades.

 

Por ello, los probióticos podrían ser eficaces en estas entidades, especialmente en la esteatohepatitis no alcohólica, cada vez más frecuente en nuestro medio debido al aumento del sobrepeso y la obesidad. A nivel experimental, Li  y colaboradores del Departamento de Medicina de la Universidad John Hopkins, en los Estados Unidos, han observado en ratones obesos que la combinación de probióticos “VSL#3” una combinación de 8 cepas de probióticos: Bifidobacterium longum, Lactobacillus acidophilus, Bifidobacterium infantis, Lactobacillus casei, Bifidobacterium brevis, Lactobacillus plantarum, Streptococcus thermophilus y Lactobacillus bulgaricus disminuye el daño al tejido hepático, la concentración hepática de ácidos grasos y los niveles séricos de transaminasas. También han demostrado estos autores que reduce la resistencia a la insulina. En otro estudio de Loguercio  y colaboradores de la Universidad de Napoles Italia en donde se incluyeron pacientes con diversas hepatopatías tratados con VSL#3, también se estudió un grupo con enfermedad hepática grasa no alcohólica. En estos pacientes el tratamiento durante 3 meses con VSL#3 se acompañó de una disminución estadísticamente significativa de transaminasas.

 

Los probióticos, especialmente en combinaciones de varias cepas bacterianas, pueden jugar un papel importante en el tratamiento de diferentes hepatopatías, así como en la prevención de las complicaciones de la cirrosis, debido a su capacidad para modular la flora intestinal, la barrera intestinal y la respuesta inmune. Sin embargo, se necesitan más estudios, tanto a nivel experimental como a nivel clínico, para conocer mejor los efectos beneficiosos de esta interesante y sencilla opción terapéutica y preventiva.

Fuente:

1. Soriano, G., Sánchez, E., & Guarner, C. Probióticos en las enfermedades hepáticas. Nutrición Hospitalaria 2013; 28(3), 558-563.

 

2. Li Z, Yang SY, Lin H, Watkins PA, Moser AB, De Simone C, et al. Probiotics and antibodies to TNF inhibit inflammatory activity and improve nonalcoholic fatty liver disease. Hepatology 2003; 37: 343-50.

 

3. Loguercio C, Federico A, Tuccillo C, Terracciano F, D’Auria MV, De Simone C et al. Beneficial effects of a probiotic VSL#3 on parameters of liver dysfunction in chronic liver diseases. J

 

Clin Gastroenterol 2005; 39: 540-3.