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sábado, 04 mayo 2024
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Estudio de las enfermedades autoinmunes sistématicas y reumatológicas

  • Escrito por Dra. Fernanda García Alvarado
  • Publicado en Auto-inmunidad

En que se relacionan con el Hígado?

 Las “enfermedades autoinmunes sistémicas” (EAS) conforman un amplio grupo de entidades de variada expresión clínica y que pueden afectar a cualquier órgano. En general son “poco frecuentes” y suelen afectar a la “población joven”.

La etiología no se conoce pero se cree que un “agente ambiental” puede alterar el sistema inmune, el cual no reconoce los antígenos como propios y los ataca en individuos “genéticamente predispuestos”.

Hablando de la hepatitis autoinmune,  es una hepatopatía inflamatoria crónica de causa desconocida que casi siempre está asociada a la presencia de autoanticuerpos. Su prevalencia se estima entre 0,5 y 1 por cada 100 000. Es más frecuente en mujeres que en hombres. La hepatitis autoinmune se caracteriza por el aumento fluctuante y crónico de la actividad de las transaminasas en suero; entre el 10 % y el 15 % de los casos se presentan con una hepatitis fulminante.

 

El diagnóstico es tardío en muchos casos debido a que sus rasgos distintivos pueden presentarse de forma larvada a lo largo de varios años. El arsenal terapéutico del que se dispone es amplio pero no está exento de complicaciones, ya que son fármacos que deprimen el sistema inmunológico y favorecen la aparición de infecciones e incluso tumores.

 

Las “terapias biológicas” han cobrado gran importancia ya que están dirigidas contra dianas moleculares específicas implicadas en la respuesta del sistema inmune. Las EAS producen un importante impacto en la “calidad de vida” del paciente, tanto a nivel físico, funcional, laboral y social.

 El diagnóstico y el tratamiento precoz pueden minimizar las repercusiones negativas en la vida del paciente con una EAS. Todo ello implica un seguimiento estrecho para vigilar nuevas manifestaciones de la enfermedad, complicaciones o reacciones adversas del tratamiento.

 Otro aspecto importante es el “embarazo” porque en ocasiones puede exacerbar la enfermedad y producir complicaciones materno-fetales. Es imprescindible que la paciente esté informada de todos estos riesgos para planificar su embarazo cuando la enfermedad esté inactiva y se pueda controlar con fármacos no teratógenos.

 En los casos en que se retrasa el diagnóstico de la hepatitis autoinmune, la cirrosis o la hepatitis grave pueden causar la muerte. Para los pacientes en estas etapas avanzadas de la enfermedad, el trasplante de hígado es el único tratamiento tanto a corto como a largo plazo.

 

Referencia:

 

García García, G. (2015). Estudio de las enfermedades autoinmunes sistémicas y reumatológicas.